Lo que un adulto puede aprender de un niño

¿Cuándo fue la última vez que cogiste una pelota (no, un balón de fútbol, no, una pelota) y te plantaste en el medio del parque con varios amigos a jugar a balón prisionero? Os confesaré algo, yo lo hice hace muy poco, ¡y tengo 38 años! Pues bien, al terminar, cuando Gonzalo nos ganó a todos, estábamos rojos como tomates, riendo, gritando... Nos habíamos peleado porque a una del equipo contrario, Ana, el balón la había rozado y no se quería marchar del campo, ¡qué morro! Pero cuando apareció alguien repartiendo los sándwiches de Nocilla se nos olvidó todo, mmmm.

Pensaréis que me lo he inventado pero, desafortunadamente para algunos, hay fotos que lo ilustran. Todo sucedió en el marco de una despedida de solteros, los homenajeados fueron provistos de unos babis infantiles para que se metieran más en el papel.

¿Por qué un adulto quiere jugar?

¿Y por qué no iba a querer? Cuando somos niños se presupone que debemos dedicar la mayoría del tiempo al juego, pues es a través de juego como se inicia el aprendizaje. Esto no cambia con el paso de los años, el juego sigue siendo una herramienta imprescindible para la formación de cualquier tipo. Y si no, veamos un ejemplo:

Contrex, la marca de agua de Nestlé, propuso una dieta de lo más divertida a varias mujeres francesas. Basado en el principio ''adelgazaríamos mejor si fuera más divertido'' pusieron una fila de bicicletas estáticas en plena calle, frente a un imponente edificio. Con la energía desprendida de las bicicletas por varias mujeres que subieron a ellas pudieron ver un striptease de un hombre de neón, lo que llevó a las mujeres a pedalear más fuerte para que el striptease siguiera adelante. Cuando el striptease llega a su fin, el hombre tapa sus partes íntimas con un cartel que dice: ''Felicidades, habéis quemado 2.000 calorías''.


No deja de ser una campaña de street marketing espectacular pero efectivamente, ese día, esas mujeres aprendieron algo, se puede hacer ejercicio y adelgazar de una forma divertida.

Los beneficios del juego

Jugar es una manera segura (y divertida) de alimentar la imaginación, la creatividad, las habilidades para resolver problemas y el bienestar emocional. El juego adulto sirve para olvidarse del trabajo y de los compromisos y ser social de una manera no estructurada y creativa. Es muy importante enfocar el juego a la experiencia en sí, no en lograr ninguna meta. Jugar podría ser simplemente compartir bromas con un compañero de trabajo, lanzar un frisbee en el parque o ir a dar un paseo en bicicleta con tu pareja sin destino en mente. Al darse permiso para jugar con el alegre abandono de la infancia, se puede incluso mejorar la salud a lo largo de la vida. Se puede jugar solo o con una mascota, pero para obtener mayores beneficios, el juego debe involucrar al menos a otra persona, lejos de la sobrecarga sensorial de los aparatos electrónicos que, ya no solo nos rodean, sino que nos atrapan.

El juego puede aliviar el estrés, mejorar la función cerebral, estimular la mente y la creatividad...

En palabras de George Bernard Shaw, ''no dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar''.

El juego en el trabajo

Muchas compañías tecnológicas han reconocido desde hace tiempo el vínculo entre la productividad y un ambiente de trabajo divertido. Algunos promueven el juego y la creatividad ofreciendo clases del arte o de yoga, lanzando partidos regulares, proporcionando juegos tales como el futbolín o el ping-pong o animado a tomar recreos (descansos durante la jornada de trabajo para que los empleados jueguen y se suelten). Estas empresas saben que más juego en el trabajo se traduce en más productividad, mayor satisfacción del trabajador, más motivación y una disminución del absentismo laboral y la rotación del personal.

Utilizar el juego para aumentar la productividad y la innovación

El éxito en el trabajo no depende de la cantidad de tiempo que se trabaja sino de la calidad del trabajo. Y la calidad del trabajo depende, en gran medida, del bienestar del trabajador. Coger algo de tiempo para reponerse uno mismo a través del juego es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu carrera. Cuando el proyecto en el que estás trabajando tenga un problema grave, tómate un tiempo para jugar y ríete un poco. Hacer una pausa para jugar supone mucho más que quitar la mente del problema. Cuando juegas, te involucras en el lado creativo de tu cerebro y en el silencio de tu 'editor interno', esa barrera psicológica que censura tus pensamientos e ideas. Esto, a menudo, puede ayudarte a ver el problema desde otra perspectiva y pensar en soluciones frescas y creativas.

Consejos para jefes

Es muy tentador pensar que la mejor manera de hacer frente a una carga de trabajo cada vez mayor es hacer que los empleados trabajen más y más. Sin embargo, sin un cierto tiempo de recreo, es más probable que el trabajo sufra y los trabajadores se abrumen de forma crónica y se vayan 'quemando'. Animar a jugar, por otra parte, crea una atmósfera de trabajo más agradable que a su vez anima a los empleados a ser más creativos.

- Proporcionar oportunidades para que haya interacción social entre los empleados. Organizar fiestas, un torneo de minigolf, un juego de escape en la propia oficina.

- Alentar el pensamiento creativo o simplemente relajar la tensión durante las reuniones colocando puzles táctiles en la mesa de la sala.

- Animar a los trabajadores a que tomen descansos regulares levantándose de sus mesas y pasen unos minutos dedicados a una actividad divertida, como un juego de palabras o de números.

Posiblemente hayas llegado a este post durante tu jornada laboral y quizás incluso pensaste que te podía venir bien saber algo más del juego aplicado al entorno de trabajo. Si es así, es hora de que te tomes un descanso. Te propongo un juego:

Se tienen 10 sacos que contienen 10 monedas de plata cada uno, pero uno de los sacos tiene exclusivamente monedas falsas. Las monedas falsas parecen iguales que las genuinas, pero pesan o bien 1 gramo más, o bien 1 gramo menos que las monedas de verdad. Se cuenta con una balanza de un platillo, que permite leer el peso en gramos y se conoce el peso de las monedas genuinas. ¿Cuál es el mínimo número de pesadas necesarias para determinar cuál es el saco que contiene las monedas falsas?

Respuesta

Una pesada basta. Se toma 1 moneda del saco 1, 2 del saco 2, 3 del 3, etc. El peso debería ser 55x, donde x es el peso de las monedas genuinas. Si el peso real es 55x+4, quiere decir que las monedas falsas son del saco 4, y pesan 1 gramo más que las genuinas. Si el peso fuera 55x-8, quiere decir que las monedas falsas son del saco 8, y pesan 8 gramos menos que las verdaderas.

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Sobre la autora

Marta es licenciada en Periodismo, ha trabajado durante más de 10 años en el sector de los centros comerciales. Ahora dedica su tiempo a explorar nuevas formas de comunicación para traerlas a Intelecteam. Forma parte del equipo de inventores y le gusta, mucho, escribir.